EPÍSTOLA: Gal 1:11-19
EVANGELIO: Lc 7:11-16
COLOR LITÚRGICO: Dorado
La narración de la resucitación que hace Jesús del hijo de la viuda de Naín en el evangelio de San Lucas.
Cuando Jesús, realizó
milagros que conmovieron a quienes los vieron, escucharon o recibieron, siempre
en forma independiente y de distinta forma. Muchos, se quedaron simplemente en
el efecto corporal; mientras que otros también los contemplan cuando
esos signos, son realizados en el alma.
La observación
directa de un hecho como el hoy narrado, no deja duda de que hay reanimación
de los cuerpos; todos los ojos perciben la resurrección de muertos
pero, muy pocos ojos tienen ojos para ver resucitar a un hombre espiritualmente;
porque se requiere de hacerlo con los ojos del corazón. Nos dicen los
padres de la iglesia que, es más importante resucitar a alguien que vivirá
para siempre que, resucitar a quien va a volver a morir.
Sobre la muerte
física y la resurrección, podemos mirarla desde el punto de vista terrenal
cuando el familiar, el amigo, y puntualmente la madre como en el caso de hoy es
quien se alegra; pero cuando sucede una resurrección espiritual de un hombre es
la iglesia como madre quien se alegra. La muerte física que es visible, es
llorada por sus duelos; pero la muerte espiritual, la del alma, no se
percibe, no se nota, y solo quien la percibe por su interioridad, se
preocupa y la llora.
Es el Señor quien
conoce a los muertos y, por ese conocimiento es Él quien puede devolverle la
vida, ya que para eso se hizo Hombre, para la resurrección, porque de lo
contrario no habría dicho el apóstol: “Despierta tú que duermes, levántate
de entre los muertos y Cristo será tu luz”, y la verdad es que para Dios, solo
duermen.
Nuestro Señor
Jesucristo quería que se entendiera también espiritualmente lo que hacía
corporalmente. Pues no acudía al milagro por el milagro, sino para que lo que
hacía fuese admirable para los testigos presenciales y verdadero para los
hombres intelectuales.
Como ejemplo puntual
podríamos exponer la lectura; el que no sabe leer que simplemente ve las
letras, pero ignora lo que allí se dice, no sabe qué mensaje hay allí, diríamos
que es un “ciego” por su analfabetismo que, puede tener un buen criterio
visual. En cambio el que sabe leer, deduce el contenido del párrafo y lo
analiza; este último no solo puede ver tal como lo hacen todos, sino que
también puede “leer” el mensaje porque lo analiza, lo estudia; cosa de
la cual no es capaz de hacer el que no sabe leer. Esto es lo que sucede con los
milagros que hace el Señor que ven el signo externo, pero no comprende su
significado.
¿Cuál puede ser la
tumba del hombre hoy? Las malas costumbres, la falta de fe, la poca
misericordia, el almacenar bienes, la corrupción, la intolerancia y, así
podríamos citar cantidades de actitudes, de hechos, de formas de vida, de
estilos de gobierno, de insensibilidad social; y ese es el sepulcro del cual
Cristo libera.
Se hace necesario
entonces que los cristianos en general y los ortodoxos en particular en nuestra
espiritualidad, busquemos implorando al Señor por la “resurrección”
espiritual de quienes consideramos son “muertos” espirituales; por
quienes están inmersos en esos vicios del mundo; por los muertos espirituales
que gobiernan los pueblos que, no tiene en cuenta las necesidades de su
dirigidos y, no implementan políticas que les den no solo alimento a sus
necesidades físicas sino las más importantes, las del alma; como lo son la
educación, la instrucción en artes y oficios para levantar de las “tumbas” de
aquellos que están desempleados, de quienes yacen en cementerios de pobreza por
falta de oportunidades para darse bienestar así mismos y, lo más importante a
sus hijos por quienes lloran y suplican una resurrección representada en una
mejor calidad de vida material y especialmente espiritual.
Domingo 22 de Octubre de 2023
APOSTOL SANTIAGO el Hijo de Alfeo
EPÍSTOLA: 1Cor 4:9-16
EVANGELIO: Lc 10:16-21
COLOR LITÚRGICO: Dorado
TROPARIO - Tono 3
Santo Apóstol Santiago, ruega al Dios misericordioso que conceda a nuestras almas el perdón de las transgresiones.
KONTAKIO- Tono 2
Bendigamos a Santiago, alabandolo como el mensajero de Dios, porque llenó las almas de los piadosos con sabios dogmas. De pie en el trono de gloria ante el Maestro, se regocija con todos los ángeles que oran incesantemente por todos nosotros.